viernes, 14 de septiembre de 2012

UN RETO PARA VENEZUELA



Vemos toda la tecnología que nos rodea y con toda razón nos maravilla; por lo que ahora podemos hacer, por lo lejos que podemos llegar, por todo lo que podemos compartir, que antes no se podía. Pero ¿Cuánto de esto lo hemos concebido, diseñado o producido nosotros aquí, en nuestra tierra? Si, somos un País productor de materias primas, con algún desarrollo en servicios, pero con muy poca producción de patentes y de productos elaborados complejos. 

Y si pensamos en lo que puede hacer una sola persona, ciertamente nos daremos cuenta que tiene aptitudes y competencias para hacer unas cosas si y otras no; un grano de arena no hace playa. Pero cuando pensamos en toda la gente del País, entonces es diferente. Todos sumamos. Todos nuestros talentos, volcados y encausados en el proyecto para el progreso, harían la diferencia.

Cierto, los líderes de las industrias de hoy, en cada campo, son intimidantes. Pero consideremos por un momento que ellos no siempre fueron líderes. Con mucha imaginación, audacia y disciplina, subieron la cuesta y alcanzaron ese lugar que hoy ocupan. Pero todo cambia. Solo por compartir un ejemplo que muchos podemos tocar: hoy los dispositivos de telefonía móvil tienden a ser cada vez más “inteligentes”, con actores como Samsung y Apple posicionados como líderes; hace unos pocos años los dispositivos eran más convencionales y los líderes eran Nokia y Motorola; y unos años antes todo este mundo y sus ventajas eran desconocidos para la gran mayoría de nosotros. Sí, todo cambia  y hoy el cambio avanza mucho más rápido que ayer. ¿Quiénes serán los líderes mañana? Si, Levantemos la mano, pero mejor aún hagamos lo que tenemos que hacer para lograrlo.

Todo esto está muy bien, pero si somos solo un poquito cínicos podemos también preguntar ¿Cómo vamos a hacer todo esto, de ser líderes tecnológicos, si hoy no producimos suficientemente ni siquiera los renglones más básicos de lo que comemos? Y a los que así piensan no les falta un poco de razón, solo que yo los invitaría a complementar esta con otra pregunta ¿Hasta cuándo seguiremos en querer hacer las cosas como ya hemos demostrado que no funciona? Entonces no esperemos más por políticas favorables, ni protecciones arancelarias, ni subsidios, ni mercados cautivos, porque todo esto, que lo hemos tenido alguna vez en el pasado y también ahora, solo nos ha atrofiado, nos alejó de convertirnos en atletas de alto rendimiento. Las únicas políticas que hacen falta, cuya formulación e implantación debe asegurarse, son las de libre empresa, promoción de competencias y acceso a los recursos necesarios para competir, pero eso sí, acompañadas de una rigurosa medición y evaluación del desempeño para asegurar que  los recursos los invertimos, como País, en aquello que procura continuamente la productividad, la competitividad, la responsabilidad y la excelencia.

La inversión social en realidad debe ser inversión en la gente. Y la inversión en la gente debe ser principalmente en educación, porque una persona con educación llega hasta donde quiere llegar. Pero no con la educación que tenemos hoy. La gente debe recibir educación para pensar con criterio propio, contrastar, respetar, innovar, decidir, contribuir y progresar. Y fíjense que dice gente y no solo niños y jóvenes, porque todos debemos re-aprender a ser ciudadanos de una gran Nación.

Ahora bien, debemos proponernos lograr todo esto en solo seis (6) años, que es la duración de un período presidencial ¿Es difícil? Claro que es muy difícil, pero es que justamente lo queremos hacer así porque es muy difícil, porque trabajar para lograr tal propósito en solo un período nos ayudará a verdaderamente levantarnos de la cuneta en la que nos encontramos, nos ayudará a cambiar definitivamente como Nación, sumando todos los talentos y energía de todos los que nos sentimos y nos llamamos venezolanos, sin distingo de ningún tipo, pero si con una sola determinación y es que compartimos el mismo objetivo: hacer de Venezuela un gran País para todos los que quieran hacer de esta tierra un gran País. Hacer el compromiso asociado a la duración de un solo período presidencial nos ayudará también a medir las capacidades del equipo ejecutivo que dirigirá al País en tan grande proyecto; nos ayudará a disponer de mejores elementos para que, llegado el momento, decidamos si ese equipo se queda o se va. Lo que no debemos seguir haciendo es "dar cheques en blanco” ni “correr más la arruga”. Este es el desafío que queremos tomar; no hacerlo sería rebajarnos nosotros mismos de categoría y postergarnos a los últimos lugares de la historia del mundo, languideciendo hasta desintegrarnos como Nación.

Este desafío lo queremos tomar y lo ganaremos, con la ayuda de Dios y la de todos los que realmente amamos esta tierra que EL nos ha dado.